Se denomina repoblación a la ocupación de las tierras que se habían mantenido
deshabitadas o que los reyes cristianos habían arrebatado a los musulmanes.
Las tierras conquistadas al enemigo se convertían en propiedad del rey,
que las entregaba a nobles en pago de sus servicios militares a monjes para que
fundaran monasterios o las repartía entre campesinos libres.
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